REPCE Red Plurinacional

Entre las instituciones que brindaron su apoyo a la creación de la red Plurinacional sobre Contaminación Electromagnética (REPCE) se encuentran la CTA-A Capital, la CTA-A de la provincia de Buenos Aires; ATE BAHÍA BLANCA, la Asociación de Trabajadores del Estado; UETTEL, la Unión de Empleados de Telecomunicaciones, y la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina (UNC).
La primera base de datos con la cual se trabajó incluía a los participantes directos del Conversatorio (100 personas era lo máximo permitido por la plataforma Zoom) y a quienes se inscribieron pero no pudieron participar (más de 250 personas). Todas ellas recibieron por Email el video del Conversatorio y los Power Point presentados por los disertantes y pasaron a formar parte de la red abierta que sostiene por WhatsApp la REPCE. ya está hecha
ROL SOCIAL DE LA REPCE
La superficie terrestre, la atmósfera, los seres humanos y el resto de los seres vivos (biodiversidad) están cada vez más sometidos a la contaminación electromagnética por radiación no ionizante. Esta contaminación se debe a la existencia de fuentes de radiación no ionizante en los lugares abiertos (tendidos eléctricos, antenas de radio, televisión y telefonía celular, radares), dentro de las viviendas (por ejemplo routers) y en forma portátil (teléfonos celulares que llevan las personas consigo). Los ecosistemas y la biodiversidad –incluidos nuestros ancestros- no estuvieron sometidos en el pasado al actual cóctel de frecuencias y energías no ionizantes. La principal preocupación de las comunidades es hasta dónde esos cócteles de radiación afectan su salud, pero también como son afectados la biodiversidad y los ecosistemas, en especial los naturales, ya fuertemente presionados por destrucción mecánica (desmonte), fuegos intencionales, contaminación química y liberación permanente de organismos genéticamente modificados (OGMs).
Es cada vez más evidente que las corporaciones de telefonía celular y manejo de datos, pero también otras empresas públicas y privadas responsables de contaminación electromagnética, excluyen de sus pautas básicas de comportamiento el Principio de Precaución. Maximizan en cambio la obtención de ganancias y trasladan a la sociedad –totalmente indefensa antes sus prácticas y poder- los costos ambientales y sanitarios de las tecnologías que desarrollan, y que la mayoría de los gobiernos autorizan sin estudios profundos.
Más aún, la poderosa asociación entre corporaciones productoras de tecnología informática, manejo de la Big Data a través de redes sociales y las operadoras de comunicaciones –entre otros actores corporativos del sector- viene generando un nuevo poder al ser tenedores de datos personales e institucionales. Lejos de estar protegidos, estos datos han sido transferidos y vendidos, y por las vulnerabilidades propias de los sistemas, accedidos ilegalmente por agentes externos.
Cada usuario de red social, de correos electrónicos y en general de sistemas de comunicación aumenta el poder relativo de estos grupos al incrementar la población receptora de publicidad, uno de los servicios sobre los cuales se construye el poder económico de las grandes corporaciones de telefonía, información y comunicaciones.
Como parte de un fenómeno relativamente nuevo en la historia de las sociedades humanas, la mayoría de esas corporaciones ha adquirido igual o mayor poder relativo que los gobiernos, pues sus usuarios de red y en general de servicios y tecnología garantizan financiamiento, canales de contacto con cada usuario, y fidelidad. Ese mismo poder les ha permitido penetrar todo tipo de instituciones y en el caso de las empresas de telefonía celular y transmisión de datos llegar a tener su "propia" organización privada (ONG) que establece los límites de generación de contaminación electromagnética, ICNIRP, elegida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como institución de referencia.
La ICNIRP ha sido tan exitosa en su cometido que desde el año 1998 (100 kHz a 300 GHz) y 2010 (100 kHz a 10 MHz) logró que sus estándares fueran de aplicación prácticamente universal, y que pese a la multiplicación de trabajos científicos sobre los efectos negativos de las radiofrecuencias sus normas permanecieran inalterables.

Continua.....